lunes, 30 de abril de 2018

Regreso a Wonderland




Cuando el año pasado publiqué “La onomatopeya del ladrido y otros relatos pulp” lo hice con la ilusión y la esperanza de que si el éxito se había resistido a mi primer libro “Textos de mediocridad e hiperrealismo” (y siendo consciente de que el término “éxito” es muy relativo teniendo en cuenta que soy un autor autoeditado) era simplemente por una cuestión estética y de falta de un público concreto al que dirigirme. Con “La onomatopeya…” coloqué una portada vistosa, una edición en papel cuidada y dejé claro qué tipo de relatos se iban a encontrar en el interior… Pero no funcionó del todo bien.
Esperaba vender los suficientes ejemplares como para tener un pequeño beneficio para publicar la segunda parte del libro y seguir avanzando de este modo en mi senda particular, pero esos beneficios no llegaron a existir y eso convirtió la idea de una segunda parte en un suicidio literario a muchos niveles. Pero la toalla no hay que tirarla jamás (a no ser que el suelo del baño esté muy mojado) y por ello busqué la forma de seguir escribiendo y publicando sin castigar demasiado mi bolsillo, ni el de los posibles compradores de mi siguiente obra. Y así nació “Regreso a Wonderland” la primera publicación “post-onomatopeya”.

Inspirado por las viejas publicaciones pulp y con la idea de crear algo rápido de leer, fácil de entender y vistoso, decidí que el primer relato que continuaría las aventuras del Hombre Alto y la Chica Rubia, así como de su viejo rival Megavillano (contadas en “En busca de Wonderland” de “La onomatopeya…”) se publicaría en solitario, tendría un acceso gratuito para quien quisiera leerlo y que además contaría con ilustraciones interiores a modo de comic para recuperar ese formato tan visual que acompañaba a algunos de los relatos que leía de pequeño. Además, me las apañé para que pudiese leerse sin conocer de antemano el relato original y así darle visibilidad al libro del que parte.

Pero por supuesto no estoy solo en este proyecto. Por un lado tengo a la página web de Historias Pulp (con acceso en este mismo blog) que se ofrecieron a servir como plataforma de descarga, así como promocionarme a sus lectores. Por otro lado conté con la ayuda de una vieja amiga (vieja de que nos conocemos desde pequeños, que la chica está en la flor de la vida) que se ofreció a revisar y corregir los textos, una dibujante de calidad que no se limitó a dibujar lo que yo le decía si no que se involucró de lleno en el proyecto y finalmente con mi imprenta de confianza para sacar la edición en papel. ¿Qué podría fallar? Supongo que muchas cosas, pero por mi parte lo he hecho lo mejor que he podido y estoy seguro que mi “equipo” también.

Ahora solo queda esperar la acogida de este nuevo relato, que ya se puede descargar de forma totalmente gratuita aquí y leer una reseña aqui y si nada se tuerce, la aparición dentro de poco del segundo (el cual está ya escrito y corregido) y finalmente el tercero con el que supuestamente cerraré la tetralogía. Espero que os hagáis con él, le dediquéis un ratito (que sí, que sí, que estáis muy liados, que la vida no os da, pero haced un esfuerzo que son diez minutos y vuestros cerebros seguro que agradecen un poco de desconexión) y que lo disfrutéis. 

viernes, 20 de abril de 2018

Pequeña guia de autoedición (5): El paso por la imprenta




Si habéis leído las anteriores entradas dedicadas a este bello asunto de la autoedición ya estaréis un poco al tanto del tema: Somos autores novatos que hemos decidido publicar por nuestra cuenta o acudir a una pequeña editorial para ver nuestro libro impreso en papel porque es una cosa que sí, que nos hace ilusión y ya está. Hasta ahora todo ha sido trato de favor, regalos y promesas de fama y de gloria, pero llega la hora de pasar por caja. Hay que mandar el libro a imprenta y eso vale un dinero… Que debemos pagar, por supuesto. Pero antes hay que tener en cuenta algunos factores para que no nos la cuelen.

En caso caso de hacerlo por nuestra cuenta habremos pactado un número de ejemplares a imprimir, así que esos libros deberían ser para nosotros y sólo para nosotros. ¿No? Pues en el caso de contar con la ayuda de una editorial de autoedición debería ser igual. Algunas veces la editorial se quedará algunos para promocionarnos en blogs, tener como stock, llevar a ferias y eventos… Pero nunca y bajo ningún concepto deberíamos pagar comisiones extra o  ejemplares a la misma. Recordad que ya hemos pagado por esos libros.

Algunas editoriales nos dirán de hacer una coedición en la que deberemos vender un cierto número de ejemplares o comprar los restantes. Mal. Eso sería pagar dos veces los mismos libros. Otras veces nos dirán que de los 300 ejemplares impresos solo dispondremos de 100. Mal. ¿Por qué quien nos garantiza que los otros 200, los cuales hemos pagado, se han impreso? ¿Dónde están? Otras veces solo imprimirán bajo demanda, pero entonces, claro está, sólo deberíamos haber pagado por las labores propias de la editorial, no por la impresión misma.

En fin, las posibilidades de que nos cuelen alguna practica fraudulenta o poco ética son tantas que no podría enumerarlas aquí (ni siquiera las conozco todas) pero deberíamos tener claro que si pagamos por algo ese algo es nuestro y debería estar exento de condiciones de repago.

Dicho he lo. Tenedlo en cuenta.

Amor de primate. Una breve novelita de muy pocos megabytes.

Hay quien dice por ahí que los buenos tiempos del papel ya han llegado a su fin; que entre pdfs, kindles, podcasts y audiolibros, el libro t...